Galit Ronen, Embajadora del Estado de Israel en la República Argentina, nos envía un mensaje…
Shalom, queridos amigos de Amijai.
La llegada de los Iamim Noraim en algún sentido nos da la pauta de iniciar formalmente una mirada retrospectiva sobre los hechos que hemos protagonizado en el año que nos toca despedir. Mirar hacia atrás en este contexto, nos obliga a arrojar luz sobre aquellos días donde nos comunicábamos sin tapabocas, cuando la virtualidad se daba en términos de excepcionalidad o para suplir la distancia geográfica. Hoy, todos nuestros estándares se han modificado dando espacio a nuevas formas de comunicarnos y de desenvolvernos. Es por ello, porque en nuestros oídos resuena el eco de la enunciación de todo lo que ya no es igual, de aquello que se modificó, decidí compartir con ustedes un racconto de las cuestiones que a pesar de los nuevos desafíos pandémicos que arremetieron con fuerza contra nuestra cotidianeidad, se mantuvieron incólumes.
Y es allí, en esa mirada sobre lo realizado y el cuestionamiento proactivo acerca de lo que aun esta pendiente, que me encuentro con la vocación de evocar aquellos objetivos y quehaceres que se mantienen intactos y que ninguna crisis sanitaria ha podido corroer: me refiero a la voluntad de muchas personas que, desde nuestra embajada, se dedican a seguir trabajando y forjando lazos de amistad y de cooperación entre los dos países que nos congregan en estas líneas, la República Argentina y el Estado de Israel.
Puedo contarles, amigos, que en estos meses nuestra embajada se ha mantenido abierta en miras de ofrecer asistencia a muchos de mis compatriotas israelíes que han quedado varados en distintos puntos de la Argentina desde el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio. Desde nuestra sede diplomática, ya sea desde la presencia física o la virtualidad que el teletrabajo nos ofrece, seguimos atendiendo las demandas que esta fructífera relación bilateral requiere.
Ya en el mes de enero, mientras compartía algunas perspectivas con el presidente Fernández en su visita a Israel o en las charlas con el Canciller Solá o el Secretario Beliz, en los tiempos que antecedieron a las reuniones entre los dos primeros mandatarios en Jerusalén a principio de año, he tenido la convicción, como así también me había hecho sentir a mi llegada a Buenos Aires el ex Presidente Macri, de que nuestros países no solo son dos economías complementarias con enormes potenciales de intercambio, sino que son un terreno fértil en cooperación tecnológica, cultural, educativa, científica y de muchos otros aspectos.
Tan solo en los últimos meses hemos logrado un hecho histórico como la chance de que, nuevamente, un avión de El-Al haya aterrizado en Ezeiza. En el pasado lo había hecho en la década del 60 y tiempo más tarde volvió a hacerlo en el año 2017 cuando el Primer Ministro Netanyahu visitó Buenos Aires. En esta ocasión, nuestra línea de bandera logró repatriar a argentinos varados en Israel, así como traer a una delegación de shojtim que vinieron a supervisar la faena de carne kosher de exportación y que son parte de la profundización de los términos de intercambio comercial entre nuestras dos naciones.
Israel ha entregado a la Argentina los protocolos sanitarios que utilizó el Hospital Hadassah en la lucha contra el Covid, en silencio y bajo la consigna de Veahavta Le Reaja Kamoja, “Amaras al prójimo como a ti mismo”, toneladas de material sanitario fueron entregadas a las autoridades del Ministerio de Salud, tanto nacional como porteño, para colaborar en la titánica tarea de luchar contra el Coronavirus. Asimismo, tan solo hace unos pocos días, los ministros de Educación de Argentina y de Israel conversaron acerca de cuáles son las herramientas más idóneas que permitan a los educandos de ambos países volver a clase con nuevos protocolos para la cursada del próximo ciclo lectivo.
Durante los últimos meses, seguimos con las puertas de nuestra sede abiertas, ayudando a los israelíes que estaban en el país, colaborando en los trámites consulares de los olim que decidieron iniciar un nuevo camino, promoviendo a médicos y expertos israelíes en programas de radio y TV, colaborando en la prensa y en las redes sociales, trabajando en la promoción cultural de Israel en Argentina a través de clases remotas de danza estilo Gaga en escuelas de baile del interior del país, aportando la experiencia académica de nuestros profesores en las universidades locales, cooperando con las comunidades judías de Buenos Aires y del interior del país, promoviendo con fuerte ímpetu el intercambio comercial y tecnológico.
Nuestra labor se volvió concreta a pesar de la virtualidad con la que cada uno de nuestros actos se fue plasmando. Por eso, decidí en estos tiempos de retrospectiva compartir con ustedes algunos de nuestros logros que, sin lugar a duda, no son personales, sino que reproducen el pulso de todo un equipo.
Nuestros países tienen 71 años de historia en materia de relaciones bilaterales, pero lo que no deja nunca de sorprenderme es la fuerte convicción y voluntad que existe en muchos argentinos e israelíes para que esos vínculos se profundicen constantemente y se potencien para beneficio de ambos pueblos.
En estos momentos de pensar en lo realizado y en lo que queda por recorrer, no puedo sentirme más que agradecida: por la calidez con la que me sentí bienvenida en este país, por el tesón puesto por muchos argentinos e israelíes al servicio del robustecimiento de una relación bilateral cada vez mas sólida y profunda y por la convicción compartida de que las chances de trabajo conjunto entre nuestros países podrán hacernos llegar tan lejos como nuestros sueños y esfuerzos lo habiliten.
Queridos amigos, les deseo que en este 5781 que se inicia tengamos salud, esperanza y muy especialmente horizontes a los cuales aspirar. ¡Shaná Tová Umetuká! Brindo por que sea este un año bello y dulce y para que, pese a los desafíos que el universo nos designe, sigamos siempre abrazando nuestra vocación, nuestras convicciones y nuestros ideales.
¡Le Shana Abaha BIrushalaim Habnuya!
Galit Ronen
CRÉDITO FOTO: https://agenciaajn.com/